lunes, 26 de junio de 2023

Mamihlapinatapai


Una vez descubrí que el lenguaje es una muralla rígida e increblantable que limita lo que podemos pensar, de la misma forma que un insignificante salmón no puede saltar la pared hormigonada de cientociencuenta metros de altura de una represa mal diseñada para subir a desovar río arriba.

Por ejemplo si queremos decir "Una mirada entre dos personas, cada una de las cuales espera que la otra comience una acción que ambas desean pero que ninguna se anima a iniciar" en castellano, no podemos utilizar una cantidad menor de palabras que las ventisiete que he utilizado para hacerlo. En inglés existe la palabra "actually" que no tiene traducción directa al castellano y en castellano utilizamos la expresión "tener ganas", que no se puede decir en inglés. Me imagino que, tales como éstos, se pueden encontrar un sinnúmero de otros ejemplos.

La palabra es como un río que fluye por primera vez en un terreno, serpenteando la roca y explorando los desniveles topográficos hasta encontrar su cauce definitivo. Al hacerlo abandona muchos cauces o significados que nunca más serán significados. Los Indios Yámanas, por ejemplo, no conocían la palabra "abuelo", pues tenían tan corta expectativa de vida que nunca llegaban a conocer los padres de sus padres. Los Aimaras no conocían la palabra "familia" pues unificaban el concepto de familia con el de tribu.

Un hombre detrás de un monitor se pregunta que palabras debe utilizar para decir que a su vez se pregunta que ideas desconoce por hablar un único idioma en una determinada situación de espacio tiempo y tiene ganas de inventar una palabra para describir esa situación. ¿Hay ideas o situaciones que me he perdido por tener un idioma en mi cabeza que no incluya tales ideas? ¿Es mi pensamiento limitado por no conocer todos los idiomas del mundo que han existido y existirán? La respuesta es, a secas, Sí. El Sí de aquella respuesta significa que hay muchas ideas que nunca llegaran a mi línea de pensamiento.

Naturalmente el lenguaje evoluciona a medida que evolucionan las ideas y nunca sucede el proceso inverso. Es por eso que, por ejemplo, la palabra "puente" no pudo haber existido ántes que se hubiere construido un puente por primera vez y posiblemente la palabra puente fue creada por necesidad pues seguramente hasta que se inventó dicha palabra se utilizaran reemplazos tales como "estructura de madera construida transversalmente al cauce de un río que conecta ambos márgenes tal que permite el paso de hombres a pie sin colapsar ante dicho suceso". La palabra "Telescopio" no pudo haber existido ántes que el aparato en sí.

Creo que la genialidad de algunos seres humanos se puede encontrar en los espacios inexplorados que deja el lenguaje. Pitágoras fue el primer humano en imaginar una tierra esférica, flotante en un universo que compartía el espacio con otros astros. Einstein tuvo la genialidad de imaginar un universo constituído por una tela espacio temporal que se deforma con la presencia de masa. Nunca nadie ántes se había imaginado tal cosa y su idea revolucionó la concepción colectiva del tiempo. Marie Curie explicó el comportamiento rarísimo de algunos materiales a partir del fenómeno de la radiación, Newton explicó la gravedad y el moviemiento cinético de los cuerpos, Darwin, la evolución de las especies, Max y Faraday la descripción de ciertos fenómenos desarrollando sus teorías de campos electromagnéticos.

Romper esquemas linguísticos significa romper esquemas mentales. Romper esquemas mentales significa cagarse en el lenguaje y en las ideas que el castellano no me deja pensar, y es que no se puede pensar en una palabra si dicha idea no esta inscripta en mi lenguaje. ¿No es la genialidad acaso otra cosa que ignorar el sentido común y descomper las bases de las creencias colectivas para demostrar la limitación de nuestras capacidades mentales? ¿No es acaso la genialidad el propio síntoma de pensar en palabras que aún no existen?

En todo esto pensaba hace algunos días mientras contemplaba el inmortal edificio de la Real Academia Española mientras hacía tiempo en Madrid ántes de ir al Aeropuerto para tomar el vuelo directo a Buenos Aires. En ese edifico (del cual dejo una foto para constatar presencia) se debaten muchas de las ideas que se permiten o prohíben incorporar en nuestro pensamiento, o en nuestra línea mental. Se ha permitido, por ejemplo, utilizar palabras de origen diferente al castellano (lo mismo que decir del inglés, porque aceptar palabras de pueblos originarios les cuesta un montón) como el verbo "Googlear", las palabras "Fiqui", "Almóndiga" o "Abracadabrante", siendo su significado exactamente lo que el lector se imagina, pero se ha prohibido la incorporación al castellano de palabras tales como "Todes", "Nosotres" o "Niñes".




Pareciese ser que a la Real Academia Española (de Ahora en adelante RAE porque me disgusta escribir tantas palabras para describir un organismo que en realidad no se lo merece) no le costara incluir deformaciones del castellano, nuevas palabras en inglés o antiguas palabras del castellano deformadas en cuanto no alteren el estado actual del idioma, como la palabra "Euroescepticismo", creada por los sectores más conservadores de la política europea, aquellos que apoyan el control policial a la inmigración de personas de menores recursos, pero no acepta la palabra "Nosotres". Esto es lo mismo que decir que la RAE acepta la idea de que un grupo de personas haga todo lo posible para detener la inmigracion de pobres a nuestro país pero no la idea de igualdad de género del primer pronombre personal del plural.

En sentido opuesto pareciese ser que en cuanto se intenta incluir nuevas ideas que rompan esquemas mentales, la RAE no se muestra tan abierta. ¿Cómo puede una academia constituída mayormente por hombres añejados en barriles de roble francés ser capaz de destruir el sentido común para aceptar nuevas ideas? El comportamiento de RAE sorprendentemente se parece  mucho al de la Iglesia Católica del  siglo 16, cuando Galileo fue obligado a retraerse de sus ideas al demostrar que no todos los cuerpos celestes giran al rededor de la tierra o lo que es lo mismo, a destruir la palabra "geocentrismo".

En la novela 1984 de George Orwell cuenta la historia de un hombre que vive en un estado totalitario que lo controla todo pero todo. En la sociedad Orwelliana se controla la comida, el trabajo, el odio, los pensamientos y se controla hasta lo que se piensa. ¿Cómo se controla lo que se piensa? fácil, con la Neolengua. Neolengua es la evolución del idioma que se habla en la sociedad de Orwell y consiste en eliminar del lenguaje. La Neolengua es en realidad una  herramienta política; el estado   quiere eliminar la libertad de las personas entonces elimina la palabra "Libertad" del diccionario de la Neolengua y en un ejercicio autopsicológico, individualmente y en el más íntimo secreto pues se engañan a si mismas para converserse de que desconoces una palabra llamada "Libertad" y así la  idea de Libertad se muere. Hace unos días leía la autobiografía de una prostituta que en su carrera dde libertad sexual desconocía las palabras "Homosexualidad" y "Lesbianismo" en  su juventud. Y era lesbiana, bisexual y adoraba el  sexo,  pero en su diccionario mental no existía la realidad de un persona sana con esos  gustos sexuales, y se dió por enferma, por rara,  por sucia y pecadora. ¿Es eso  justo? ¿Es justo que exista un monopolio de las palabras,  las ideas, los pensamientos, la moral,  el  bien  y el mal?

¿Cuantas cosas pasan  de largo por no conocer ciertas palabras? ¿Cuatas aventuras, cuanto amor, cuantas ideas?

Un hombre y una mujer de la misma edad curzan sus miradas en un bar frente a la playa en el sur de Catalunya. Ella, con un cigarrillo rubio en la boca, busca el mechero en su cartera de cuero marrón para encenderlo mientras él busca alguien fumando en el mismo bar para pedirle fuego. Ella mira el azul de los ojos de él mientras él mira el infinito negro de los ojos de ella. Pareciera haber una tensión sexual.El, además de querer pedirle fuego para encender su cigarrillo, descubre que desea contacto con ella. Ella, además de esperar a que él le pida fuego, descubre que desea contacto con él. Aunque ambos desean establecer contacto con el otro, ninguno da el primer paso para establecerlo. 

Si yo hubiera sido yagán,  hubiera  pensado "Mamihlapinatapai".

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