sábado, 4 de marzo de 2017

La foto detrás de la historia. Parte 17: Desorden.

Bochum, 3 de Marzo del 2017. 

Hoy tuve un larguísimo día administrativo. Hice arreglar la bici y compré una  serie de repuestos que tal vez utilice el día que me anime y salga de viaje con ella. A la noche, cuando volví a casa me senté en el escritorio para actualizar mi Blog mientras me tomo un vinito. Ahí es donde me di cuenta que mi escritorio es un terrible quilombo. Si mi vieja lleva a verlo, se muere. Esto merece una foto: no, en digital, no. 

Lo único que tiene cierto espacio son mi laptop y el cuadernito que llevo a todos lados para escribir, el resto es simplemente impresentable. Latas de sardinas y de atún, botellas de vino, la cámara digital una anaglógica que no funciona, una cáscara de banana dentro de una taza de café frío. Un rollo de papel higiénico y el cartoncito de otro rollo que ya está terminado. Unos parlantes pequeños para escuchar música, un paquete abierto de harina tipo tres ceros, tabaco, llaves, cartones, libros, jamón serrano, salmón y queso. Repuestos para la bici. Anteojos, dos pares. Un pote de mayonesa vencido y otro de mermelada de frambuesa que en uno o dos días más se va caminando solito. 

Estoy feliz de mi propio quilombo. Es un quilombo ordenado, es un quilombo amigo. Mamá, si estás leyendo esto por favor no veas esta foto.



Nota: Para saber de qué se trata este proyecto, puedes leer la explicación aquí. 

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